Durante mi vida y por diversos motivos, he vivido en muchas casas, y por otros motivos, nunca he sentido realmente que mi hogar se encontrara en ninguna de ellas. Además, he perdido la cuenta de todas las reliquias que he perdido entre mudanza y mudanza, que, en sentido figurado, es como arrancar radicalmente a un pobre animal de su hábitat, desprotegerlo y desposeerlo de todo cuanto tiene y cuanto es, alienarlo y tratar que encaje con todas sus condiciones particulares en un nuevo contexto completamente distinto.